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AYUNO 2024 — Apagar el ruido para oírle

No hay nada más importante al comenzar un nuevo año que consagrar su inicio al Señor. Como congregación lo haremos buscando su presencia y su voz. Queremos oírlo. Queremos llenarnos de él. Queremos conectarnos con su Espíritu y caminar en el poder de Dios. Con este fin dedicaremos tres semanas en enero para ayunar y orar. 

¿EN QUÉ CONSISTE?

Ayunar es privarnos de alimentos y otros apetitos por un tiempo con fines espirituales. Jesús enseñó que “el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. (Mateo 26:41) Nuestra naturaleza humana está llena de apetitos y fácilmente se distrae. Estos deseos de la carne son contrarios al espíritu (Gálatas 5:17); nos estorban cuando tratamos de dedicarnos al Señor. Por lo tanto, a veces debemos negarle al cuerpo lo que desea.

El resultado es que nuestra carne se debilita, y eso permite que nuestro espíritu cobre fuerza. 

Jesús dijo que sus seguidores ayunaríamos (Mateo 9:16) y nos dio instrucciones al respecto (Mateo 6:16-18).

Él enseñó que un ayuno bien llevado tiene recompensa y poderosos resultados (la Biblia está llena de personas—Moisés, Elías, Daniel, Esther, etc.—que ayunaron y vieron la mano de Dios. Ellos lo oyeron y cumplieron sus propósitos.

Es tiempo de oír la voz del Hijo de Dios. Solo así viviremos la vida que él ha prometido. Solo así podemos servirle como él merece. Jesús mismo inició su ministerio con un período de ayuno. Al terminarlo, volvió del desierto “en el poder del Espíritu” (Lucas 4:14). Fue así como deshizo las obras del diablo y manifestó la gloria de Dios en la tierra. Esto es lo que Dios quiere para nosotros también.

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Usa este inicio de año para consagrarte al Señor. Dedica tiempo a la Palabra. Participa en todas las oraciones que estaremos haciendo como congregación, tanto presencial como vía Internet. Jesús prometió estar “donde dos o más nos congreguemos en su nombre.”

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Creemos que el resultado final será como en el libro de los Hechos:    

Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor.  Hechos 4:31 (RVC)

HAY CUATRO FORMAS DE AYUNAR

AYUNO TOTAL

Esto es cuando no comemos ningún alimento, solo agua u otros líquidos sin valor nutricional (como té, café negro, agua mineral, etc.). Si nunca has hecho un ayuno así, y quieres hacerlo, te recomendamos hacer de uno a tres días. Reduce al mínimo tus actividades físicas y dedica tiempo a la meditación en la Palabra y la oración. Cuando rompas dicho ayuno, hazlo con comidas suaves como frutas o verduras.

AYUNO DIURNO

Es cuando no comemos nada durante las horas del día, sólo antes de que salga el sol y después de que se ponga. Una variación es que no comas nada por la mitad del día, sea la mañana o la tarde. Es importante dedicar tiempo a orar y meditar, ya que este es el objetivo.

AYUNO DE DANIEL

En este ayuno comemos sólo lo necesario para tener fuerza para el trabajo y actividades cotidianas. Lo que eliminamos es todo aquello que apela a nuestros gustos y apetitos.

Puedes comer:

  • Todo tipo de frutas y vegetales

  • Granos (avena, arroz integral, etc.)

  • Leguminosas (frijoles, lentejas, garbanzos, etc.)

  • Nueces (crudas y sin procesar)

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Niños y personas con problemas de salud pueden añadir carnes blancas, leche, queso y huevo con moderación.

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Evita:

  • Carne (de cualquier tipo)

  • Productos animales (leche, yogurts, queso, huevo, mantequilla, etc.)

  • Aceites, grasas, condimentos y azúcar

  • Alimentos procesados (harinas blancas, etc.)

  • Comida chatarra (dulces, papitas, refrescos, etc.)​

AYUNO DE ENTRETENIMIENTO
Hay quienes no pueden dejar de ingerir alimentos regulares por razones de salud, pero sí pueden eliminar otras cosas que llenan nuestra vida de ruido y distracción. 

Elimina:

  • Redes sociales (Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat, Twitter, etc.)

  • Navegar en Internet

  • Televisión y películas

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